Hay
proyectos que realizas, les sacas el jugo al fruto cosechado y después de años de haberlos realizado, solo recuerdas partes esenciales y dejas en el baúl de los recuerdos las otras para, en algún futuro momento, poder tomarlas y hacerles mención de vez en cuando. Pero contadas veces vuelves a ese baúl, lo abres y recuerdas el gran éxito que tuvo ese proyecto y decides unir tanto las piezas que sigues aprovechando como las que, de vez en cuando, has mencionado. Es entonces cuando te arriesgas a unir todas piezas, pulirlas y agregarles algún destello que confiera más brillo a esas viejas joyas de la corona. Así, la corona restaurada puede llegar a lucir aún más. Pues bien, eso es lo que Mägo de Oz desde mediados de este año 2015 ha estado haciendo, volver a lucir esa corona llamada ‘Finisterra’ bajo el emblema y estilo de “Ópera Rock” y añadiendo destellos impresionantes a algunas de sus joyas hechas canción, como la afamada “Satania” o la potente “La cruz de Santiago”.
La noche del 2 de diciembre del 2015 fue el pistoletazo de salida de una gira en la que Mägo de Oz vuelve a retomar por completo ‘Finisterra’, cuya regrabación vio la luz el pasado mes de noviembre. Aconteció en el pabellón oeste del Palacio de los Deportes en la Ciudad de México, aunque para el nivel y estilo de espectáculo que montó Mägo en escena, hubiera quedado mejor un teatro. El show, sin duda, quedará grabado en la mente y corazón de los ahí reunidos como un excelente recuerdo por las sorpresas que se dieron y porque tocaron el álbum al 100%. Pero antes, Zenobia, a escasos minutos de las 8 pm (hora del centro de México), nos hizo calentar motores con algunos de sus temas como “La fiebre del oro”, “Legión infernal”, “La tormenta” o “El sueño de un loco” siendo esta ultima una de las más coreadas.
Zenobia terminó su participación dejando al publico caliente y sediento de más Heavy Metal. Aproximadamente 20 minutos pasaron desde que el staff comenzó a retirar el equipo del escenario improvisado para los teloneros y se empezó a desvelar el preparado para Mago de Oz. Una pancarta de fondo negro y con la cruz símbolo del álbum en color rojo se elevó y sacó los gritos de gusto de todos. La batería se desveló, de igual forma, en color rojo y negro, con la estrella invertida de cinco picos impregnada en la misma.
Al fin, las luces del recinto se apagaron y se encendieron las del escenario mientras el “Prólogo” del álbum regrabado empezó a sonar. Mientras seguía su marcha, en un escenario elevado al lado de la batería, seis personas (tres mujeres, tres hombres) vestidas con túnicas negras que portaban la mencionada cruz, tomaron posición ahí mismo. Txus hizo entonces su aparición en la batería, terminó el “Prólogo” y “Satania” comenzó a retumbar en escena. La función de estas personas con túnicas era la de llevar a cabo los coros tanto de “Satania” como de “La cruz de Santiago”, lo cual le dio un sentido más operístico al concierto.
Acto seguido sonó “La danza del fuego”, aclamada por los fans, pues ya Zeta había comentado antes de acometer esta canción que se tocaría el álbum de principio a fin. Dicho lo cual, el guión ya era conocido por todos. “Hasta que el cuerpo aguante” nos hizo saltar de júbilo y alegría, elevando nuestros coros al máximo. “El señor de los gramillos” fue especial, pues Txus bajó de su lugar concediendo la participación al batería de Bürdel King, Anono, quien tomo su puesto y comenzó a tocar en la misma pieza. Al momento de llegar a la parte intermedia de la canción, los tonos cambiaron radicalmente al fundirse con “Polla dura no cree en Dios”, de la que interpretaron un fragmento antes de otro cambio radical sobrevenido con “Kelpie”, la cual fue interpretada por nuestra amada Patricia Tapia.
“Maite Zaitut”, “Duerme” y “Es hora de Marchar” fueron tocadas, pero esta ultima dio un sentido especial al ser cantada por Zeta y coreada por el publico con una pasión que pocas veces se hace notar. Nuestra consentida “Fiesta pagana” volvió a levantar los ánimos de los fans al máximo, para que después, el vocalista comenzase a recitar un poema un tanto sexual que terminó en “nalgas y pechos”. No recuerdo bien que dijo, pero todo el grupo de Mägo reaccionó efusivamente diciendo: “¡Sí, lo dijo!”, como si hubieran hecho una apuesta o algo por el estilo.
Después de lujurioso y literario momento, “El que quiera entender que entienda” fue interpretada ante la entrega total del publico. En ella, “Súper polla” (disfraz de pene vestido al estilo Superman) hizo presencia bailando por todo el escenario y votando sus pelotas. “Los renglones torcidos de Dios”, una de las que más esperaba, pues me llena de recuerdos de antaño, fue tocada y con ella, a la par de Zeta, el vocalista de Zenobia hizo participación, al igual que en ‘Finisterra Opera Rock’. Más tarde, “Tres tristes tigres” concentró en Patricia el protagonismo vocal.
“A Costa da Morte” y “Conxuro” fueron las siguientes en liza, la última disparada sin ser tocada. Para “Astaroth”, guitarrista invitado incluido que no fue otro que Manuel Seoane (Bürdel King), hizo acto de presencia una chica vestida con ropas de estilo árabe, muy guapa por cierto, que danzó ante el entusiasmo de los presentes.
Los coristas volvieron subir al tablado para que lo que todos esperábamos se hiciera realidad. “Finisterra” comenzó a sonar, y todos los fans, a voz de “¡oh finis! ¡oh terra!”, coreamos la monumental canción de principio a fin. No importaba que ya estuviéramos agotados, pues había que dar un último esfuerzo ante tan gloriosa canción.
Al final, no hubo más, solo el agradecimiento de la agrupación y un público de 4.800 asistentes satisfecho por ser complacido con lo que ya se venía pidiendo desde hace tiempo, que se tocase completo ‘Finisterra’.
Texto: Luis Adriel
Fotos: Mägo de Oz