Txus di Fellatio – Baterista de Mägo de Oz
El líder del mítico grupo asegura que en el rock duro «había, y sigue habiendo, mucho tabú»
Txus di Fellatio (Bilbao, 1970) es el baterista, compositor y líder de la banda Mägo de Oz. Vive con su mujer Laura, su niña de siete mesecitos, Leia «como la princesa», y sus siete pastores alemanes a 60 kilómetros de Madrid. Ya no le gusta la ciudad. «Tengo una vida muy tranquila y muy familiar. totalmente alejada de lo que es una ‘rock star’», asegura bromista. Casi llega a ser futbolista, pero se decantó por la música. Este mes dará 50 conciertos y uno tendrá lugar en fiestas de San Roque de Portugalete el 14 de agosto (23.30 h, La Canilla). Vivió casi seis años en Euskadi, porque su última mujer es baracaldesa, así que para él será «como volver a casa».
–En 1988 empezó todo. Miras para atrás y ¿qué pasa por tu mente?
–Todo empezó como un divertimento de un chaval de 18 años. Nos juntábamos cinco amigos en un local para hacer algo de música, de forma amateur, en vez de estar en el parque bebiendo litros de cerveza o kalimotxo. Ahora es mi forma de trabajo.
–Platinos, giras mundiales…
–Es muy mágico. Sobre todo cuando tú compones una canción en el salón de tu casa y ves 18.000 personas que no conoces de nada cantando lo mismo. Es algo fantástico.
–¿Ha merecido la pena no haber seguido por el fútbol?
–Sí, sí. Cuando cierro capítulo no suelo ojear otra vez. La vida es ir cumpliendo etapas, madurar y no repetirte. De hecho cuando deje la música me imagino que seré igual de feliz. No me suele atacar la nostalgia.
–O sea cabe la posibilidad de que llegues a dejar la música.
–Por supuesto. Tengo 50 años ahora, Mägo de Oz llevamos 31, para ponerte un símil futbolístico estamos en la segunda parte del partido. Y no quiero llegar a la prórroga. Todo tiene una edad y, con nuestro estilo de música, no me veo con 70 años en un escenario. 65 es muy buena edad para cerrar esta etapa y dedicarme a mirar obras detrás de una valla (risas).
–¿Cómo se puede definir el estilo de Mägo de Oz? ¿Rock duro con música celta?
–Sí, pero luego tenemos cosas de música electrónica, metemos ópera… En el siglo XXI lo bonito es coger todos los elementos de diferentes estilos musicales, agitarlos en una coctelera y que la gente disfrute. Las cosas grandes de la vida, las importantes, no se definen.
–Los cambios de formación son habituales. ¿Qué le dan al grupo?
–Es como abrir una ventana para que entre aire fresco. Cuando Messi deje el Barça va a seguir siendo el Barça sin él. Lo primordial es la marca, el espíritu. Tiene que venir gente que tenga hambre, ilusión… Estuvimos a punto de separarnos hace ya una década. Estábamos muriendo de éxito. Y a veces es complicado convivir durante muchos años con las personas.
–¿Quiénes son Mägo de Oz?
–Unos músicos a los que les encanta la poesía y quieren que sus letras sean muy poéticas a la vez que reivindicativas. Mezclamos música muy muy muy alegre, de fiesta y de bailar que evoca a una noche de verano en una hoguera bebiendo hidromiel. Lo fundimos con guitarras con distorsión potente, pelos largos…
–Reivindicativa es la portada de vuestro último disco ‘Ira Dei’, que muestra a una mujer en una cruz.
–Creemos que hoy en día la mujer está siendo crucificada a diario. Raro el día en que no haya una mujer asesinada por su pareja, expareja o algún sinvergüenza de estos. En el año 2000 hicimos una canción que decía ‘el que quiera entender que entienda’. ¿Unos heavys con la testosterona a flor de piel haciendo una canción sobre la homosexualidad? La gente no lo entendió en absoluto. No tengo por qué ser gay para defender sus derechos. En el mundo del rock duro había, y sigue habiendo, mucho tabú con el rollo de la homosexualidad, la libertad. Como en el fútbol, el día que un futbolista de primera línea salga del armario… no va a tener fondo.
Comunistas con chalet
–‘Fiesta Pagana’ es vuestra canción por excelencia (aunque hay más). ¿También lo es para el grupo?
–Como son como mis hijas… pero es verdad que es la canción que nos ha dado la fama mundial y a la que le debemos todo.
–Habéis hecho 31 años. ¡Siguen los fieles? Incluso traerán a sus hijos.
–Sí, ten en cuenta que esto es como Los Panchos (risas), vas pasando de generaciones. Tenemos público muy fiel pero también a esos chicos de 13- 14 años que empiezan a descubrir la música rock. Aunque gracias a dios nunca va a estar de moda el rock porque entonces se pervertiría un poco. Cuando un rockero es multimillonario pierde ese espíritu rebelde. Es como los comunistas cuando ya tienen un chalet (risas).
–Hace poco habló sobre comunismo con el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, presentador de ‘En La Frontera’ en Publico Tv.
–Le decía que no soy comunista, eso me parece un poco como la aldea de los pitufos, que está muy bien pero no era muy real, y que soy de izquierdas capitalista. Se le cayeron las gafas. ‘Son incompatibles’, dijo. No, yo creo en las políticas progresistas. Soy de los que más pagan a Hacienda porque gano mucho dinero, pero si quiero tener un Mercedes porque me lo he ganado, me lo compro. Soy de políticas de izquierda, pero vivo en una sociedad capitalista.
–¿Cómo ves Mägo de Oz dentro de otros 31 años?
–Me imagino que me lo podrás preguntar a haciendo ouija, 31 años más no creo que esté en este mundo. Volveré a mi planeta (risas).
–¿Pero crees que el grupo seguirá girando?
–Yo creo que no. Diez o quince años es la fecha tope que me pongo. Hay que tener un poco de dignidad, tener respeto por el grupo y no ir arrastrando su nombre.
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